¿Por qué no debemos celebrar Halloween?
¿Qué es el
Halloween?
Origen de su
nombre
La
Solemnidad de Todos los Santos es el 1 de noviembre y en la Iglesia católica se
empieza a celebrar desde la noche anterior. Por ello la noche del 31 de
octubre, en el inglés antiguo, era llamada “All hallow’s eve” (víspera de todos
los santos). Más adelante esta palabra se abrevió a “Halloween”.
Las raíces
de la celebración
Ya en el
siglo VI A.C., los celtas del norte de Europa celebraban el fin de año con la
fiesta de “Samhein” (o La Samon), festividad del sol que se iniciaba la noche
del 31 de octubre y que marcaba el fin del verano y de las cosechas. Ellos
creían que aquella noche el dios de la muerte permitía a los difuntos retornar
a la tierra, fomentando un ambiente de terror.
Una forma de evitar la maldad de los espíritus
malignos, fantasmas y otros monstruos era disfrazándose para tratar de
asemejarse a ellos y así pasar desapercibido ante sus miradas.
¿Por qué no
debemos celebrar Halloween?
Es una celebración
centrada en lo maligno
Halloween es
una celebración religiosa, pero no es una festividad cristiana. Tom Sanguinet
ex sumo sacerdote de Wicca (religión neopagana), ha dicho: “La fiesta que
actualmente llamamos Halloween tiene sus raíces en la luna llena más cercana al
1º de noviembre, el año nuevo de las brujas. Es una época en la que los
espíritus (demonios) se supone están en el apogeo de su poder y vuelven a
visitar el planeta Tierra… Halloween es pura y absolutamente demoniaca, y no
hay nada que hagamos o podamos hacer para que sea aceptable al Señor Jesús.”
Es una noche
dedicada a la muerte
Halloween
tiene raíces muy profundas en el satanismo y la brujería. Los celtas
consideraban el primero de noviembre día de la muerte porque es cuando
comenzaba el invierno. Las hojas caían, anochecía más temprano y bajaban las
temperaturas. Ellos creían que su dios sol estaba perdiendo fuerza y que
Samhain, señor de la muerte, estaba dominando al dios sol. Los druidas también
enseñaban que el 31 de octubre, la víspera de la festividad, Samhain reunía a
los espíritus de todos aquellos que habían fallecido durante el año anterior
para que regresaran a sus antiguos hogares a visitar a los vivos.
Se practican
sacrificios animales y humanos
Durante
miles de años, en Halloween se han llevado a cabo ceremonias diabólicas de
adoración en donde gatos, caballo, bueyes, humanos y otras ofrendas se
recogían, se enjaulaban y se les quemaba hasta la muerte. Para obtener estas
ofrendas, los sacerdotes iban de casa en casa pidiendo los animales y humanos.
A los que daban, se les prometía prosperidad y a los que se negaban a dar se
les amenazaba y maldecía. De ahí proviene la costumbre del “dulce o truco”
¿Qué dice la
palabra de Dios?
Según la
biblia, no debemos adaptarnos a las costumbres demoniacas que se practican en
el mundo. “Cuando
entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las
abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar
a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero,
ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien
consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera
que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones
de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas
naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha
permitido esto Jehová tu Dios.” (Deuteronomio 18:9-14)
Debemos
saber discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo que trae provecho y lo que
trae maldición. “Y enseñarán
a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a
discernir entre lo limpio y lo no limpio” (Ezequiel 44:23).
Debemos
servir a Dios y solo a Él. Y si servimos a Dios no debemos participar de las
cosas demoniacas del mundo. O servimos a Dios y desechamos lo demoniaco, o
servimos a los demonios y desechamos a Dios. Así de simple. “No podéis
beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la
mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.” (1 Corintios 10:21)
Tanto
nuestra mente como nuestro espíritu deben estar llenos de las cosas de Dios,
sin espacio para lo pagano y profano del mundo. “Por lo
demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo
lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)
Si
verdaderamente somos hijos de Dios no podemos participar de forma alguna de las
cosas de las tinieblas, porque de lo contrario no somos verdaderos hijos de
Dios. “Amado, no
imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace
lo malo, no ha visto a Dios.” (3 Juan 11)
Los
cristianos estamos en una guerra mundial en el ámbito espiritual. Durante
Halloween se cometen más atrocidades como crueldad con animales, vandalismo y
hasta homicidios. Es una celebración dedicada a lo satánico, lo tenebroso, lo malo.
Es la noche donde los espíritus malignos hacen de las suyas, y nosotros los cristianos
¿Qué estamos haciendo en contra de esto? Nos toca como cristianos conocedores
de la verdad, como hijos de Dios que caminan en su Palabra vestirnos con la
armadura de Dios, hacer frente y decir NO a esta celebración, actuar en oración
sincera, divulgar el evangelio a las personas de nuestro alrededor, sobre todo
a aquellos que inconscientemente participan del Halloween.
En estos
momentos donde se celebra la maldad es donde más se necesitan luces que
alumbren con la luz de Cristo a los que se encuentran perdidos. Seamos esas
luces.
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”(Romanos 12:21)
Reflexión:
¿Cómo hijo de luz, estoy contrarrestando con mis acciones y mis palabras esta
celebración que va en contra de los principios bíblicos?
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