NUESTRO PROPÓSITO
Una luz se enciende para alumbrar un lugar oscuro, para guiar hacia la claridad al que anda en oscuridad.
Dios nos ha salvado y ha depositado su Espíritu Santo en nosotros, ahora somos luces encendidas para cumplir una misión.
La misión de todo cristiano es traer hacia la luz de Cristo a aquellos que aún andan en la oscuridad del pecado. No podemos escondernos, sea cual sea la circunstancia no podemos dejar de cumplir nuestro propósito. Cuando más arrecie la tormenta, más personas necesitarán ser alumbradas para encontrar el camino que es Jesús.
Una luz no se esconde; se pone en un lugar donde pueda alumbrar más. Una luz no teme a la oscuridad sino que disipa las tinieblas. Así que no te escondas, brilla la luz de Cristo, alumbra a los perdidos, no temas porque el Dios que te dio la misión también te respaldará, y si él está contigo ¿Quién contra ti?